Consecuencias Territoriales

Las guerras del Sinaí en 1956 y de los Seis Días en 1967 dejaron una huella profunda en el territorio palestino, resultando en una pérdida significativa del control árabe sobre áreas clave y afectando de manera directa la soberanía y la autodeterminación del pueblo palestino.
Después de la Guerra del Sinaí, Israel ocupó brevemente la península del Sinaí y la Franja de Gaza, que estaban bajo el control de Egipto. Sin embargo, la presión internacional, especialmente de Estados Unidos y la ONU, llevó a Israel a retirarse, restableciendo la frontera que existía antes del conflicto. Por otro lado, la Guerra de los Seis Días fue una derrota mucho más severa para los países árabes. En solo seis días, Israel ocupó la península del Sinaí, la Franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este y los Altos del Golán, lo que le permitió triplicar el territorio bajo su control y cambiar drásticamente las fronteras que se habían establecido en 1949.
A raíz de esta ocupación, Israel comenzó una política activa de colonización en Cisjordania y Jerusalén Este, construyendo asentamientos civiles que crecieron rápidamente. Hoy en día, más de 430,000 colonos israelíes residen en Cisjordania y más de 200,000 en Jerusalén Este. Estas colonias, que la comunidad internacional considera ilegales, se han convertido en uno de los principales obstáculos para alcanzar una solución pacífica al conflicto y para la creación de un Estado palestino viable. La expansión de estas colonias y la ocupación militar han fragmentado gravemente el territorio palestino, dividiéndolo en áreas desconectadas entre sí, lo que dificulta tanto la movilidad como la gobernabilidad. Esta división, junto con los Acuerdos de Oslo que establecieron diferentes niveles de control (zonas A, B y C), ha debilitado la cohesión territorial y administrativa de Palestina, afectando su desarrollo interno y su capacidad de autogobierno.
En conjunto, estos factores han hecho que sea casi imposible que Palestina ejerza plenamente su soberanía sobre los territorios ocupados. Aunque Israel se retiró unilateralmente de Gaza en 2005, todavía mantiene el control sobre sus fronteras, así como sobre el espacio aéreo y marítimo. Además, la anexión de Jerusalén Este y los Altos del Golán por parte de Israel no ha sido reconocida por la mayoría de la comunidad internacional. Todo esto ha agravado la crisis en torno a la autodeterminación palestina y ha mantenido un conflicto sin una solución clara a la vista.